El grupo Three Dog Night dijeron algo correcto cuando cantaron, «Uno es el número más solitario que alguna serás.» Y, como empresarios, prácticamente sentimos que es el número que estamos “siendo” la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cuando vamos a hacer que alguien nos acoja bajo su ala figurativamente, no sabemos cómo hacer que esa relación sea tan beneficiosa como podría ser – ya sea para nosotros o para nuestros mentores.
Muchos empresarios deben gran parte de los éxitos de su carrera a sus mentores. Puede suponer un punto de inflexión que alguien que haya hecho ya el camino delante de tí tome un interés en verte tener éxito.
A veces también nosotros podremos acoger a otros emprendedores “bajo nuestras alas”. No como una forma de «devolver», sino como una manera de fomentar el talento y las voces que van a ser parte de la creación del mundo que queremos vivir.
Los mentores y los protegidos permiten que el espíritu emprendedor nunca esté solo. Pero trabajar con un mentor puede servir de mucho más, para los dos, además de no estar pegado a ese número tan solitario. Aquí hay siete sugerencias para hacer que esta relación de larga tradición sea lo más beneficiosa posible para todos los interesados.
- Sólo las estatuas se ven bien en pedestales.
Los mentores son modelos a seguir, no ídolos. Ellos no pueden hacer mucho por ti si están pegados a un pedestal. Para beneficiarte de tener un mentor en tu vida necesitas creer que puedes hacer lo que ellos ya han hecho. El respeto es vital, pero la idolatría bloquea tu capacidad de verte entrando en sus zapatos.
- Ten cuidado con la hoja de ruta que no permite rutas alternativas.
Los mentores han ido a donde tu quieres ir, pero eso no significa que tu lo alcanzarás de la misma manera. Ellos tienen diferentes talentos y preferencias. Han tenido diferentes experiencias y oportunidades. Y las cosas han cambiado desde que estaban en el punto de su ruta en la que te encuentras ahora. No esperes seguir exactamente sus mismos pasos que tomaron para llegar a donde están.
- Tú no estás optando a convertirte en su Mini-Me.
Los mentores están invirtiendo su tiempo, su energía, su creencia en ti. El verdadero tú. El que quiere hacer algo que han hecho o llegar a donde están, pero no se convierte en alguien que no eres. La imitación no es realmente la adulación, es falso. No lo hagas.
- El acceso no es una licencia para robar.
Los mentores dejan cosas por ahí todo el tiempo. Sus cuadernos, sus teléfonos, un poco de sus cerebros. Igual que no cogerías su cuaderno o su teléfono pues sería robar, igualmente no robes sus palabras o sus ideas, tampoco. Utiliza su trabajo para inspirarte tu mismo, así ambos consiguen muchos más beneficios de la sinergia y la inspiración mutua de lo que nunca podrías obtener si fingieras que sus palabras o ideas se originaron con usted.
- Nadie puede ser todo para nadie.
Los mentores tienen mucho que compartir, pero no les reclames que cumplan una papel para el que no son adecuados. No están allí para desempeñar el papel de tus padres, o tu sargento. No están allí para mimarte o lo controlarte. Tampoco son tu entrenador o tu asesor, aunque es posible que también consigas algunos de estos beneficios. Ni siquiera son propensos a ser tu mentor en todos los aspectos de tu negocio. Un mentor puede no ser adecuado para apoyarte en el liderazgo, por ejemplo. Debes saber lo que necesitas aprender de tu mentor y centra tus expectativas y energía en eso.
- Son tu mentor, no su rival.
Los mentores no van a dejar de crecer sólo para que le puedas alcanzar. Y, de todos modos, un buen mentor no va a estar interesado en competir con un discípulo. Pero si estás jugando al juego de las comparaciones, lo más probable es que incluso si superas a tus mentores en algunas áreas, nunca te puedas equiparar con ellos en otras. Celebra tu propio progreso y está agradecido de que tienes un mentor que se queda delante tuya en el camino, ya que puede seguir haciendo tu camino más fácil y más rápido.
- Reconoce cuándo es el momento de ser «sólo amigos».
La mentoría no es algo para siempre. Ellos siempre serán tu mentor, de la misma manera que tus padres siempre serán tus padres; lo que te han inculcado es ahora parte de tu linaje. Pero no siempre estarán activamente tutorizándote. Tus necesidades van a cambiar, y dónde te encuentres en tu camino va a cambiar. Y llegará el día en que ya no irán al lugar que quieres ir. Reconoce cuándo es el momento para que tomen otra persona bajo su ala – y tal vez tu estarás listo para extender tus alas lo suficientemente como para albergar a un discípulo también.
Espero que este artículo os sirva.
Un saludo, Iván Bedia
Fuente: Entrepreneur