Éxito vs Felicidad: No te dejes engañar pensando que son lo mismo

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Toma un minuto para pensar cómo eres de exitoso.

Ahora piensa en qué criterios utilizas para evaluarte a ti mismo. Algunas personas pueden mirar a su cuenta bancaria. Otras en diversos títulos académicos que han recogido. Muchos podrían recurrir a las relaciones con un cónyuge, sus hijos, sus amigos. Algunos incluso podrían abrir su armario y mirar a su colección de zapatos de diseñador, bolsos y relojes.

¿Me considero a mí mismo una persona con éxito?

¿Qué entendemos por «éxito» de todos modos?

Ryan Coelho dice que la palabra «éxito» es como la palabra «Dios». Si preguntas a 100 personas lo que significa, cada uno de ellos tendrá una respuesta diferente. Y tiene razón.

Por un lado, entendemos que el verdadero éxito es la felicidad. Lo sabemos. No somos frívolos ni superficiales. Y sin embargo …

Y sin embargo, la mayoría de nosotros confundimos fácilmente el éxito con la felicidad – al menos hasta que nos desperteamos.

Busca la palabra «éxito» y encontrarás una definición como, «la consecución de la riqueza, posición, honores o similares», y sinónimos como «logro», «prosperidad» y «fama». No tengo nada en contra de la palabra éxito o incluso que de la definición tradicional. Es sólo una palabra, después de todo. Pero llamémoslo lo que es. Es un punto de referencia para el desempeño y logro – una vara de medir.

Métricas tangibles son importantes y tienen su lugar, sobre todo en el mundo de los negocios. Pero si estás buscando la realización personal, no es probable que las medidas tradicionales de éxito te lleven hasta allí.

Como sociedad, hemos llegado a creer que el éxito – cosas y estatus – es el “camino de baldosas amarillas”. Síguelo, y nosotros ciertamente llegaremos a la Ciudad Esmeralda. Si bien no hay nada inherentemente malo en querer cosas, el estatus, la riqueza o la fama, es un error suponer que allanan el camino a la felicidad y la plenitud.

El «Éxito» se nombra alrededor con tanta frecuencia y en tales contextos variados que nos hemos olvidado de lo que realmente significa. Es un concepto vago, todo lo abarca, un cajón de sastre. El éxito cuelga delante de nuestros ojos las cosas que pensamos que nos harán felices – estatus y cosas.

Pero en realidad no queremos todo eso. Lo que queremos es la manera en la que pensamos que las cosas y el estatus nos van a hacer sentir. Hay una gran diferencia. El éxito, cuando lo reduces, parece tratarse de lo que pensamos que nos hará felices. Es un señuelo, brillante y seductor – pero hay un anzuelo: puedes hacerlo todo bien en la búsqueda de alcanzar el éxito tradicional, pero la felicidad y la realización personal no está garantizada.

Existen multitud de personas que consideraríamos que tienen «éxito», y se sienten bastante miserables. No es que haya una relación inversa entre el éxito y la felicidad, es sólo que no es necesariamente positiva. Son dos cosas diferentes.

Una fórmula popular para el éxito y la felicidad que está garantizado para fallar es la siguiente: “Cuando tenga (escribe aquí tu medida del éxito) voy a ser feliz”. Fallará porque uno no conduce necesariamente a la otra..

Como personalmente definas el éxito y cómo definas personalmente la felicidad es cosa tuya. Pero reconoce la diferencia.

Espero que este artículo os haga reflexionar y os de la capacidad para alcanzar vuestra propia medida del éxito y de la felicidad.

Un saludo, Iván Bedia

Fuente: Entrepreneur

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